LA PROSTITUCIÓN EN LAS CALLES DE PITALITO: INDIFERENCIA Y OLVIDO
TRABAJADORAS SEXUALES CENTRO PITALITO - HUILA |
Amparo
Campos es una de las tantas mujeres que hace de la prostitución una alternativa
de vida. Tiene 48 años, 1.60 metros de altura, pelo castaño crespo, tez blanca
y unos ojos que denotan lo duro y complicado de los días. Vive con sus tres
hijos en el barrio Antonio Nariño de Pitalito – Huila, labora en las noches en
el programa de la Administración Municipal llamado “Escobitas” donde tiene como
oficio barrer las avenidas del centro, ese mismo centro que la ve pararse en
una esquina vendiendo su cuerpo, y donde además otras 56 mujeres hacen lo
mismo.
En
entrevista con Amparo nos comenta que el
trabajo que tiene no le alcanza: “me pagan por barrer las calles apenas
$250.000, soy madre cabeza de hogar. Necesitamos ayuda, la alcaldía hace más de
siete meses no nos visita. Yo como otras tantas deseamos un buen empleo y
vivienda propia. Los ladrones se la pasan por ahí, eso parece a ratos un
sahumerio de tanto vicio que meten, las muchachas casi todas son viciosas. Lo
que me da más pesar es que a ratos mi hija me dice y me reclama que por qué lo
hago, que deje eso, que no me pare en esa esquina”.
La prostitución es el acto de tener relaciones
sexuales a cambio de dinero y es uno de los trabajos más antiguos del mundo. En
la actualidad esta problemática es vista como un tabú, algo que existe y casi
todo el mundo quiere evitar tocar; lo cierto es que éste flagelo es ocasionado
según Amnistía Internacional por muchas circunstancias como: desintegración de
la familia, madres solteras o ruptura con la pareja, necesidad de obtener
mayores recursos económicos, hábitos de consumo, drogadicción, y en algunos
casos por gusto.
La anterior situación ha traído consigo miles de
circunstancias nocivas a la sociedad, como lo son la creación de redes de
prostitución, que teniendo como objetivo el lucro económico, reclutan mujeres y
las obligan a prostituirse mediante el secuestro, engaño o extorsión. Otra
problemática que deriva de la prostitución es la trata de blancas y la
prostitución infantil.
Un ejemplo de ello es el caso de “La tía” que
prostituía jóvenes estudiantes en Pitalito; esta era una mujer que haciendo las
veces de proxeneta, creó un catálogo donde exhibía menores de edad entre 13 y
17 años que tenía a su servicio. La señora fue capturada y judicializada,
llevaba más de cinco años delinquiendo y el lugar de fechorías era su casa ubicada
en el barrio Antonio Nariño del sur de la ciudad.
Actualmente en el centro del municipio en la calle 8va
entre carreras 2da y 3ra, las trabajadoras sexuales abundan a plena luz del
día; mujeres en tacones, minifalda y con escote se sobreexponen a la población.
En éste lugar además se observan personas de poca confianza y de rostro mala
caroso, que consumen sustancias alucinógenas y según habitantes del sector,
también las venden y en ocasiones en coalición con las meretrices, se prestan
para hurtar a transeúntes desapercibidos.
Según
Jorge Enrique Motta Carvajal, ex Secretario de Gobierno, este dilema “produce
un punto de decadencia difícil de tratar y que ha generado que varias bandas
criminales se fortalezcan en el sector”, asimismo manifiesta que el origen de
toda esta problemática eran y son los “terminalitos” que se ubican en el
centro: “los terminalitos siempre atraen bebederos, se organizan mercados
populares y detrás de ello la prostitución, entonces al campesino le queda
sencillo todo, llega a la ciudad, hace mercado y mientras espera el carro de
vuelta a casa, se toma una cerveza y de paso esta con una chica, donde por una
mínima suma se expone a cualquier enfermedad sexual sea sífilis o VIH/SIDA.
Pitalito
es el segundo municipio que notifica el mayor número de casos de VIH para el
departamento del Huila. El Plan de Desarrollo Territorial de Pitalito expresa
en uno de sus apartados, que en el municipio desde 1999 hasta el año 2011 se
reportaron un total de 139 casos de VIH/SIDA, y desde el 2012 hasta el 2015 se
han registrado setenta casos nuevos, para un total de 209 personas infectadas
en dieciséis años, esto equivale a un 0.17% de la población.
ONUSIDA,
programa de la Naciones Unidas que trata de poner fin a este virus manifiesta
que hasta el año 2010 a nivel mundial se registran 33,4 millones de personas
que viven con VIH y En Colombia se han reportado un total de 78.999 casos. La
enfermedad es creciente y la mayoría de contagios se dan en relaciones
heterosexuales.
Se
pude deducir a simple vista que el lenocinio en las calles de Pitalito es un
asunto que no ha tenido el protagonismo suficiente como para darle importancia,
tratarlo y generar una solución concreta.
UNA MIRADA MAS PROFUNDA
Andrea,
trabajadora sexual comenta: "aquí trabajamos entre doce a quince mujeres,
dependiendo la fecha; somos de diferentes regiones: Neiva, Pereira, Armenia,
Putumayo. La necesidad es la clave básica de estar en esto, cada una trabaja
por su lado, el gobierno en salud no nos ayuda, cada una se paga su seguro o lo
que tenga ¡es que acá ni para eso sirven! Sólo vienen a molestar, a requisar.
Para qué pedir ayuda si esa gente (el gobierno) no sirve para nada. Somos muy
unidas, hay veces le quieren pegar a uno y no toca dejarse. No hay hombres,
trabajamos únicamente mujeres entre los 18 y 40 años".
En la actualidad no hay un marco jurídico específico
que proteja los derechos de las personas que ejercen la prostitución
voluntariamente y regule el oficio. En el 2013 el senador Armando Benedetti (La
U) presentó el proyecto de ley 079 que pretendía reglamentar el ejercicio de la
prostitución en Colombia en mayores de dieciocho años. El proyecto llegó a
primer debate y fue a plenaria en el congreso, sin embargo la propuesta no ha
tenido más avances. “El proyecto de ley no va a solucionar
mágicamente la compleja realidad, pero si abre una puerta y es una herramienta
para empezar a construir una política pública que tenga en cuenta las
dimensiones de la prostitución en Colombia”, afirma el senador Benedetti.
El
profesional universitario, Fredy Artunduaga, adscrito a la Secretaria de Gobierno
e Inclusión Social de Pitalito, anunció que “no ha habido ni hay una política
de gran impacto que abarque esta población, la Fundación Shadday lo único que
hace es entregar cajas de condones, falta más atención, también falta dinero.
En el Plan de Desarrollo actual no hay una política vigente frente a esta problemática”.
Jaime
Santa Cruz, representante legal de la Fundación Shaddai expresó que “éste año
ni para programas de drogadicción se han generado recursos, estamos en el
olvido. Hace dos años a través del Convenio 042 de 2015, Jorge Motta, nos dio
acceso a un subsidio de quince millones, el cual se destinó en ayudas para
habitantes de calle. Con las trabajadoras sexuales actualmente no hay nada, en
el pasado para ellas se realizó el Convenio 237 de 2013, en el cual a algunas
se le colaboró en el montaje de negocios como peluquerías”.
Según Amparo: “Las trabajadoras sexuales en el sitio
somos aproximadamente unas 30 en total, la mayoría no son de acá, ya que vienen
de ciudades como Neiva, Cali, Mocoa y sobre todo de Florencia. La gente nos
trata muy mal, más que todo, los dueños de los negocios. Casi todas tenemos
hijos y lo hacemos por la necesidad, no estamos organizadas, cada quien tiene
su horario, pero pueden verse muchachas desde las ocho de la mañana a seis de
la tarde”.
En entrevista con el actual Secretario de gobierno se concluyó que el
municipio con respecto a la problemática planteada no hace nada: “esas
muchachas no se dejan tratar, a la hora de querer vincularlas a algún
proceso siempre evaden; se estuvieron haciendo algunos acercamientos con la
Fundación Shaddai, los años anteriores, este año no hemos tenido acercamiento
con ellas”.
SHIRLEY VALDERRAMA: TRABAJADORA SEXUAL |
Frente a las autoridades y los clientes Shirley,
otra trabajadora sexual explica:
“La policía sólo viene a pedir requisas, necesitamos
un trabajito digno, no uno donde paguen $200.000 ya que la mayoría pagamos
arrendo y eso sería muy poquito. No tenemos seguridad, el cliente si nos quiere
pegar nos pega. Aunque lejos, lejos; a mí ya me han pegado tres veces”.
Según estudios hechos por la psicóloga e investigadora
estadounidense del Kaiser Foundation Research Institute (California), Melissa
Farley: siete de cada diez mujeres que viven de su sexo (68%) padece estrés
postraumático, convirtiéndolas en personas agresivas, desconfiadas y temerosas.
Las meretrices del lugar ofrecen servicios desde
$30.000, y trabajan hasta con cinco hombres o más al día. También manifiestan
(una que otra), que no saben hacer otra cosa, y que el estudio ya no les entra.
También se ha visto el caso de la que por conseguir dinero para estudiar se
prostituye. En fin, hay de todo un poco: algunas lo hacen por ganar mucho más de
lo que ofrecería un trabajo distinto, otras por necesidad como Amparo y otras
quizá porqué no se atreven a buscar diferentes alternativas.
Un estudio de la Escuela Nacional Sindical (entidad de
investigación y educación colombiana) concluyó que la pobreza afecta más a las
mujeres entre los 20 y 59 años, pues en este rango de edad se encuentran las
mayores tazas de desempleo (11.2% en 2013). Además, el 42% de las mujeres
pobres trabajan por cuenta propia, y ocupan el grueso de empleos de baja productividad.
Como si fuera poco la brecha de ingresos entre hombres y mujeres asciende a un
20.9%. Existen 4.5 millones de trabajadoras que son madres cabeza de familia y
deben asumir solas la responsabilidad del cuidado, la crianza y el
sostenimiento económico de sus hijos o personas a cargo.
¿QUÉ OPINA LA GENTE DEL
SECTROR?
Érica Parra, quien es vendedora en un local de
teléfonos celulares, a través de su testimonio expresa que “el problema se
tolera, más no se acepta, antes se discrimina, las esquinas del sector se
prestan para hurtos en donde las prostitutas (no todas) se unen con los
ladrones. A los dueños de los locales no los tocan, aunque la ocasión hace al
ladrón. Lo que si se les pide es que sean más discretas a la hora de negociar con
un cliente, antes esto yo no lo soportaba, ahora trato de no criticar, más no
lo comparto, pues cada persona tiene su historia y sabe porqué lo hace o porqué
llegan a situaciones tan inadecuadas. Lo mejor seria que las reubicaran, aunque
no lo creo".
Normalmente los clientes que contratan a las
prostitutas en el centro de Pitalito, son personas oriundas de veredas y
corregimientos aledaños a la ciudad como: Bruselas, El Macal, Matanzas,
Guacacallo, El Guamal, Contador, entre otros. En su mayoría son campesinos de
la región.
ADMINISTRADOR CENTRO NATURISTA SEMILLA DE DIOS |
Algunos al hablar son precavidos, según lo vivido en
las entrevistas manifiestan (aunque poco), que la seguridad en el sector se ve
afectada; pues la decadencia que genera y atrae la prostitución no es muy positiva,
más bien se presta para inconvenientes. Esta situación se presenta según
algunas personas hace cinco o seis años. Son pocos los que las aceptan, un
ejemplo de ello es doña Ingrid; quien es dueña de un inquilinato que hace las
veces de motel donde las prostitutas atienden a sus clientes.
Doña Íngrid explica que “algunas personas sí las
discriminan, hay muchos; pero por lo menos yo las veo como cualquier ser
humano, son seres buenos, que tienen su familia y obligaciones. Que hay mujeres
que consumen vicio, aunque no todas, y detrás de ello ladrones que también se
meten, pero de resto no. Ellos son seres humanos como cualquier otro. No son de
acá, la mayoría vienen de otros lugares, se ven mujeres hasta de 50 años y
hasta más. El gobierno no las ayuda para nada. Yo como soy dueña de un
inquilinato, les alquilo la habitación a $10.000 el día".
Otro trabajador del lugar y que hace las veces de
vendedor en un negocio del sector, es Fabián. Quien declara: "mantiene
mucho ñero por ahí, ellas pelean mucho, eso da mal aspecto, este sector tiene
mala fama, sería pertinente que ellas se fueran, por acá hay arto comercio y la
verdad queda mal ellas siempre ahí, los ñeros y todo eso...”
¿QUÉ PIENSAN LAS
AUTORIDADES?
Por otra parte, en dialogo con la Juez de Infancia y
Adolescencia Sandra Ardila, sostiene que la prostitución en mayores de edad no
es un delito penal (sentencia T629 de 2010), y que todos estos problemas se
generan en parte a la falta de educación, drogadicción y falta de recursos
económicos; además, esto se presta para el uso de armas de fuego. También
manifiesta que la prostitución es una problemática social que afecta a Pitalito
y al mundo, hace parte de la salubridad y eso estropea todos los aspectos;
tanto culturales, económicos y sociales. “Hay bandas dedicadas a este negocio,
pero son pocas las noticias que podemos dar, ya que son datos confidenciales,
lo que se sabe es que la prostitución y la trata de blancas, son negocios tan
rentables como lo es el narcotráfico”.
En reunión con el inspector de la policía de Pitalito
Luis Fernando Narváez Lamilla, se afirmó lo siguiente: "ese sector recibe
o alberga gente que viene de veredas e inclusive de otros municipios, lo cual
ha hecho que sobre dicho movimiento o flujo de personas y vehículos, se muevan
diferentes sectores económicos, entre ellos el comercio sexual.
La problemática que nosotros tenemos allí es que, sino
es por los esfuerzos que se hicieron el año pasado y a principios de este, el
sector como tal se nos vuelve una zona de tolerancia, llámele una calle del
cartucho o un Bronx como en Bogotá, porque ahí estamos teniendo situaciones de
drogadicción, de hurto, de atracos a mano armada; y obviamente esto viene
detrás de fenómenos como la prostitución, el consumo y la venta de drogas. Actualmente solo cumplo con los
patrullajes, pues en ayudas a estas mujeres no se les está generando”.
INSPECTOR DE POLICÌA: LUIS LAMILLA |
Acerca de la reubicación de las trabajadoras a un
mejor lugar, el inspector dice lo siguiente: "como tal ellas saben que no
deben ejercer allí, eso esta prohibido; como no la practican en le centro sino
en los hoteles y residencias del lugar; nosotros vamos a duplicar los controles
hacia los hostales, hoteles y residencias porque no se pueden prestar para
dicha actividad. Lo que ellos no han entendido es que este ejercicio trae otros
que deprimen el sector, porque si el sector se deprime puede descender el
comercio y se seguiría llenando de vándalos y drogadictos esta zona".
La situación es compleja, tal vez para Amparo y sus
compañeras de trabajo, la única alternativa sea seguir prostituyéndose, seguir
esperando una ayuda que quizás no llegue, seguir coqueteando con el SIDA ante
la indiferencia del Estado, seguir sufriendo el martirio de los olvidados,
donde no se construye a través de la indiferencia, donde lo público, lo de todos:
es de unos pocos; que sumergidos en la avaricia y en el beneficio propio, no
piensan en sus congéneres que merecen lo mismo, o quizá algo mejor que ellos.
ALFREDO TORRES JAVELA - MAURICIO SUAZA ORTIZ
ALFREDO TORRES JAVELA - MAURICIO SUAZA ORTIZ
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